Volver a empezar

  Por aquel entonces no distinguía su color, puede que fuera oscuro, quizás un gris o un negro tenue. Siempre me ha gustado el negro, para más inri “creo” que ha sido mi color favorito. Recuerdo el día que me compré mi camisa negra. Era el dueño de mi mismo en las discotecas, me sentía seguro y así fui creciendo y creciendo con ese color, seguro y consciente de lo inconsciente, con mi negro serio y elegante, color de noche. Hace unos días tuve un sueño, peor todavía, una pesadilla, mi dorsal era negro y el número, ya, claro, no se distinguía. Me desperté sobresaltado, no volvería a correr más, al menos no como antes. Desde entonces he sufrido y lo duro es que no he llorado. Han pasado dos meses, altibajos de colores.    //-26 de abril del 2011. Hoy sé, que el protagonista no era yo, él, tampoco era Espíritu González. Hace unos días que enterré el color opaco, aún así, lo sigo vistiendo, pero ya lo distingo. “Quiero volver a correr”.

          “Dedicado a todos los que les gusta y os preocupáis por Javier R.”